El saber humanístico, el juicio crítico en toda su potencia,
el cultivo de las artes, la satisfacción de la curiosidad y el conocimiento del
pasado para mejor imaginar el futuro, la filosofía en fin o la literatura van
camino de adquirir categoría de residuales en los curriculums didácticos.
Los ciudadanos no son conscientes de hasta que punto su
debilidad, tomados de uno en uno y, por ende, como colectivo, se acrecienta
cuando a lo largo de su etapa formativa van omitiéndose, cercenándose aquellas
materias críticas que contribuyen a que los individuos adquieran conciencia de
su lugar en el mundo y en un punto de la Historia. De no estar presentes en
todo el curriculum escolar, de manera transversal, el juicio crítico, la
capacidad para la interacción y para comprender que estamos hechos del mismo
barro, la colectividad va a ir perdiendo fuerza democrática en la deriva del
marco de referencia para regular el modelo de convivencia y los derechos de
todos los administrados.
No es casual que la reforma Wert conduzca a la marginación
de las Humanidades. Está dentro de los fines espurios del Gobierno el
debilitamiento de la conciencia crítica y del saber universal de los ciudadanos,
colaboradores necesarios en la carrera por el desprestigio de todo lo que no es
convertible a corto plazo en términos monetaristas.
La lucha por la supervivencia pura y dura abona un terreno
en el que el acceso al mercado de trabajo, aun en condiciones de precariedad,
aglutina matices éticos en tanto que el desempleo al que conduce la elección
vocacional se reviste interesadamente de castigo necesario al egoísmo.
Se nos presenta, pues, un
reto de pronunciamiento como padres, miembros de la sociedad, observadores y
ciudadanos con juicio crítico para, poniendo todos esos elementos en la
coctelera, poder percibir que la sociedad española da pasos hacia atrás, hacia
un modelo asiático en vías de superación en el país de origen, y hacia la
pérdida definitiva de la excelencia. Se trata de un ciclo, si; pero una vez
dentro del pozo, tardaremos décadas en salir. La Reforma Wert conduce a la
expulsión de nuestros alumnos con mayor formación hacia un escenario de gran
movilidad, global, para que la ceguera de las decisiones gubernamentales en
cuanto a estrategias de inversión en I+D+I no supongan la derrota de una generación entera de jóvenes
sobradamente preparados sumida en un escenario castrante y aniquilador de su
vocación vital. La elección de un espacio más amplio, sin fronteras, que
multiplique las oportunidades es ahora inexcusable frente a la tentación del
conformismo de los que se someten a las limitacione de un Sistema dirigista.
http://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20111014/54229795673/las-humanidades-en-la-era-2-0.html
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