El bipartidismo reacciona a la debacle profundizando en los
males que lo arrastraron a ella. Y para coger atajos populistas mientras se ocupa
de atender obsesivamente la intendencia doméstica, donde asoma el filo navajero
de la deslealtad y la traición, favorece la intervención de decanos, tea party
y medios de su aparato para sembrar calumnias acerca de la persona de los
líderes de Podemos: [... pagados por el chavismo y por Iran, populistas oportunistas y flor de un día,
Pablo Iglesias abrocha 9000 € al mes, Pablo Iglesias compra la ropa en Alcampo,
Pablo Iglesias es un matón que rompió un dedo repartiendo hostias, Podemos es una amenaza muy
seria contra la convivencia pacífica y es preciso erradicarla, la izquierda se
radicaliza, los intelectuales de Podemos se creen superiores y reencarnan el
nazismo...]. Mientras, el decreto de Jorge Díaz cercena la libertad de expresar
indignación: frente al incumplimiento de la dación en pago, frente a la
retirada de ayudas a la dependencia, el recorte excluyente de las becas... Al
mismo tiempo se desautorizan manifestaciones pidiendo el encarcelamiento de los
corruptos y la confiscación de lo amasado sin soporte justificativo, o los
escraches frente a las sedes de las entidades bancarias que le han robado los
ahorros de una vida a miles de trabajadores, mientras se le niega a la
población el derecho a expresarse más allá de la jornada electoral para impedir
la sucesión de dictaduras, se consienten, por no decir se fomentan, reacciones
inconstitucionales del Tea Party español y de presidentes de honor decadentes
cual González, secuestrado por la incontinencia verbal de un subconsciente que
lo coloca donde siempre estuvo y en tantas ocasiones quiso ocultar: en la
derecha económica del poder financiero que por perpetuarse es capaz de pactar
con la mano que mece la cuna, darle por el culo la utopía socialista y mentar a
la bicha para impedir la ya irresistible ascensión de los que si creen que la
utopía es posible.
¡Bromas las justas, tea Party, sindicato de los medios
televisivos del odio propiedad de la Conferencia Episcopal, y señores González,
Leguina, Bono...! Llegan personas
que superan su elegante indefinición, su guardar silencio para defender la
unidad de España. Personas de nuevo cuño que están dispuestas a bajarse el
sueldo y a viajar en clase turista y a comprarse ropa en el hiper. Ustedes, unos,
encargaron trajes en la Castellana, en Serrano, Claudio Cuello... Otros, quisieron
hacer de la pana el tótem sagrado, el símbolo de la revolución de los
desastrados hambrientos de poder.
Pero los de llegan ahora no tienen hambre de poder sino que aspiran al
poder para erradicar el hambre o, mejor, la miseria. Por eso le digo al tea
party y a los eméritos decadentes: ¡dejen paso! Su esfuerzo por perpetuarse en
la poltrona, por turnos, es en vano. Porque hay que mamar sociedad en
horizontal, durante muchos años, renunciando al calor de la pompa, la adulación
y la vanidad satisfecha para aplicar todo el conocimiento y toda la formación
adquirida en el ansia de saber para
transformar y a ustedes ya les atrapó el egoísmo como casta hace muchos
años. Al fin, de aquellos polvos vienen estos lodos.
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